Hablábamos de Catulo

Quiso el hado que aquel día habláramos de Catulo. Un auditorio mínimo pero ducho y dispuesto a seguir la perorata. Besos, obstinación y rabia porque queríamos hablar en la lengua de los galos, golpeando el tiempo con aquel ritmo indómito, insólito en el tiempo cero, del devenir desde lo antiguo. Quiso el hado que, por un breve día, me sintiera profesor de verdad, no una pantomima encerrada en el burlesco trazo de atemporales infamias que dictan lo indecible. El ser se difumina, cuestiono mi nombre, la no existencia de un futuro que no hay siquiera que construir porque es mentira, tú lo dijiste. Mi camino ha sido el que es, o el que ha pretendido ser, todavía incompleto, irresoluble, porque alguna vez me crucé contigo, con tu verbo, con tu incómoda presencia. El amor a lo antiguo tiene forma de combate, no de irredenta quimera académica, como si se pudiera poner un corsé al ritmo de los galos. Así, quiso el hado que aquel día habláramos de Catulo, mientras ¿tu vida? se disipaba en la lluvia de átomos y en la forma irredenta del no temor. Aquel día, hablábamos de Catulo.

Accesorio es, pero ilustrativo, que esos Planes de Estudio vengan preferiblemente desde arriba, esto es, de la Autoridad, representada p. ej. por funcionarios ministeriales, que son por tanto los ejecutivos encargados de saber lo que tiene que saberse; no que ellos tengan que saberlo, por supuesto:a la Autoridad le basta con saber que lo que hay que saber es lo sabido; de lo sabido, hay índices,repertorios y modelos que dan cuenta; y lo que al Plan compete es proponer los títulos, de tal modo que la actividad de estudio se consagre a llenar y cumplimentar lo que los títulos indican.

Historia contra tradición. Tradición contra Historia, ¿Agustín García Calvo?, Lucina 1983

~ por Antonio en noviembre 3, 2012.